Con amor: Para aquellas personas
que me han regalado
que me han regalado
una bofetada fisica ó verbalmente.
Esta mañana, antes que el sol despertara; caminé por el bosque. Respiré aire con olor a pino, llené mis oídos con hermosos cantos de avecillas que anunciaban ya un nuevo día, iluminé mis ojos con colores vivos y llegué hasta donde nace el río para saciar mi sed. (Volví a la vida, con fuerza).
De regreso a casa empecé a coger leños, un leño por cada palabra hiriente que le has obsequiado a mi persona. Empecé a coger flores, una flor por cada palabra de amor obsequiadas desde que apareciste en mi vida. (Mis manos estaban llenas de tantas cosas bellas).
Una vez en casa...mis brazos perdieron su fuerza y cayeron al suelo aquellos leños junto con las más hermosas flores. (Mis ojos buscaban la hoguera) Levanté los leños, mientras me acercaba a la chimenea. Y uno a uno, palabra trás palabra, leño trás leño, fuí quemando en aquel fuego, cayendo de rodillas frente a ellos, mientras les miraba extinguirse. (Siendo inevitable detener aquellas lágimas que rodaban por mis mejillas).
Convertí los leños en cenizas y llené mis manos de ella. Más rápido que de prisa me subí al tejado y una brisa fría (como las que hay en invierno) acarició mi rostro secando aquellas lágrimas... fué entonces que me coloqué en posición...(como quien reza un "padre nuestro") y abrí la palma de mis manos...(desaparecio la ceniza). El viento se la habia llevado...sentí mi alma limpia, tranquila, libre, ligera... pues ya habia llorado, ya se habian esfumado aquellas tus palabras hirientes.
Poco después, (con mucha prisa) bajé del tejado buscando las flores. Fuí levantando del suelo una a una, flor trás flor, palabra trás palabra de amor que me diste, las cogí con mucho cuidado, (como quién coge un crío recienacido). He hice un ramo con ellas, era tan grande, precioso, único en aroma (tanto que mi pecho aún conserva aquella fragancia) y coloqué aquel ramo de flores frente a la imagen de la Virgen María, haciendo esta oración:
"Oh! Virgen María...
perdona a quien me ha ofendido,
cubrele con tu manto bendito,
no permitas que siga pasando frío.
¡Madre!..prestale tus ojos,
para que sea capaz de mirar con dulzura,
con esa misma dulzura que solo irradian tus ojos.
Prestale ¡Oh madre tus manos!
para que sea capaz de acariciar con amor infinito,
para que sea capaz de preparar un guiso
exquisito con todos aquellos
exquisito con todos aquellos
ingredientes que nos regala el mundo.
Prestale...(¡Te lo suplico!) tus labios...
para que sea capaz de hablar con amor
a aquél que también le ha ofendido...
no permitas madre que su corazón
se llene de odio y rabia infinita...
no permitas que siga ofendiendo a aquella persona
a quien ha jurado amar.
Ilumina...(¡Madre por favor!) su camino,
no permitas que caiga,
no permitas que caiga,
no le sueltes de la mano...¡No!...
Tóma de mí lo que gustes,
pero devuelvele; la paz, el amor,
la felicidad, la tranquilidad y la serenidad
que tanto necesita."
Con devoción te lo pido,
Amén.